Esta mañana he ido a ver la primera exposición de Camille Pissarro en Barcelona.
Recuerdo que hace muchos, muchos años, cuando el arte empezaba a asomarse en mi vida, me fijé en este pintor por su inmejorable estilo impresionista incorporando ingentes matices puntillistas. Así que, cuando he vuelto a contemplar estos lienzos procedentes de colecciones particulares o museos de todo el mundo (como el Orsay de París), reafirmé el concepto que tenía de él. No me defraudó en absoluto. Sus cuadros poseen perspectiva y tridimensionalidad. Árboles o bosques parecen sobresalirse del lienzo.
Colores empleados sabiamente mezclando su tonalidad dependiendo del momento del día.
A pesar de estar eclipsado por su amigo Monet y también Renoir, fue el primer impresionista. Plasmó paisajes campestres y vistas urbanas llenas de vida, luz y color.
Los impresionistas pintaban deprisa porque las luces y colores al aire libre eran fugaces, cambiaban rápidamente, sobretodo con la lluvia, amaneceres, etc.
Poseen pinceladas sueltas de colores puros que cuando las atisbas de lejos componen escenas definidas y perfectas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario