Un melódico contraste de colores acaecen en esta composición impregnada de elegancia, gracias a la sutil destreza de la luminosidad. Se quiere enaltecer el edificio de la Pedrera (cuyo arquitecto fue el prestigioso Antoni Gaudí) dándole un matiz tornasolado con pequeños destellos de pinceladas incoherentes para, de esta manera, realzar el conjunto.
Etéreas farolas modernistas conjuntan con las ondulantes formas de la casa concediéndole en ambiente romántico.
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